sábado, 7 de noviembre de 2009

Grandes inventos de la humanidad: El matasuegras



Quiero comenzar mi serie de grandes inventos de la humanidad con el matasuegras, pero no precisamente por su gran utilidad, nada de eso, injustamente un artefacto con un nombre tan impresionante es un puto coñazo que no sirve más que para tocar los cojones. Yo reivindico al matasuegras por su significado subyacente, como homenaje a todos los yernos y nueras que sufren en silencio pero no encuentran un “yernoal” (o “nueroal forte”) que alivie sintomáticamente el escozor, la hinchazón y dolor provocados por los comentarios y actitudes de la madre de sus respectivos. Dónde se tendría que aplicar el “yernoal” no hace falta que lo diga, lo sabemos todos, el “nueroal forte” ni idea, admito sugerencias.

He leído que originalmente el matasuegras fue un invento de los soviéticos para eliminar adversarios políticos de manera discreta en las fiestas, vamos que se usaba en plan cerbatana con mucho tiento mientras que la pobre víctima se ponía gocha de caviar y chuza de vodka. Un pequeño dardo envenenado en el cuello y al condenado a muerte no le daba tiempo ni a decir Perestroika antes de dar con sus huesos en el suelo. La autopsia practicada por los forenses del partido siempre daba los mismos resultados: intoxicación etílica combinada con el consumo de Pirozki en mal estado. ¡A quién se le ocurre!

Curiosamente el matasuegras se llama precisamente así porque el inventor del artilugio en una de esas fiestas acertó en el gaznate a su suegra y la dejó tiesa, dicen que por error (o por lo menos eso alegó él en su defensa mientras que se tomaba su tercer Absolut Caipiroska al grito de “в полностью шеи!!!!”, en todo el pescuezo!!!!). En mi opinión eso no es más que un cuento con final feliz, puestos a elegir e inventar yo habría llamado matasuegras a un rifle de cazar elefantes con un cañón de 50 milímetros de diámetro y un metro de retroceso al disparar. Hubiera sido mucho más creíble la historia si en lugar de una fiesta moscovita el escenario hubiera sido un safari por Kenia y por desgracia la hubiese metido un escopetazo con una bala del tamaño de una pelota de golf al confundirla con un hipopótamo o un gorila, lo mismo da.

Desafortunadamente el matasuegras fue perdiendo su funcionalidad, principalmente porque las Ekatherinas, Svetlanas y Anastasias comenzaron a ir a las fiestas con alzacuellos de medio palmo de ancho sin quitar ripio al hijo político, así no había forma de cobrar una herencia. Por eso, ahora el matasuegras no deja de ser ese artículo bochornoso con el que algún borracho nos puede saltar un ojo en la fiesta de fin de año o con el que un niño nos puede hacer perder los nervios en el cumpleaños de nuestro sobrino. No lo neguéis seguro que alguna vez todos habéis pensado en hacérselo tragar con guarnición de confeti y serpentinas.

Yo propongo, para volver a dignificar al matasuegras, que todos tengamos uno en casa en un lugar principal de la misma, por ejemplo al lado del mando a distancia. No pretendo que su uso sea violento y acabe en un derramamiento de sangre, no os confundáis, solo propongo utilizarlo como arma de defensa propia contra nuestras suegras. Cada vez que nuestra suegra insinúe que hubiera deseado algo mejor para su hij@ se lo sonáis en las narices una vez, cuando nos cuente el trabajo tan maravilloso que tiene el marido o mujer de fulanit@ daremos dos toques cortos pero sentidos y si critica lo sucia que está la casa o lo mal vestidos que van los niños entonces barra libre de fanfarria. Si como es de esperar no se da por aludida siempre podéis contarla la historia del hipopótamo y el gorila.

Nota del autor: Quiero aclarar que no subscribo ni una sola palabra de todo lo que he escrito en este post, es un ejercicio surrealista de libertad de imaginación. Cualquier parecido entre lo aquí escrito y mi vida cotidiana es simple y llana coincidencia :-)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja, ja, ja.....¡cobarde! :)
Bea

Anónimo dijo...

Yo la usaria contra ni suegra q a veces se pone de insoportable