martes, 31 de diciembre de 2013

Mi lista de 13 cosas buenas del 2013

Este mes de diciembre mi adorada Gordi nos ha pedido que escribamos cosas buenas en un blog que termina hoy mismo llamado 13 Cosas, en el que hemos ido poniendo todo lo que nos ha hecho felices en el 2013. Y eso he hecho, y lo ha publicado aquí, y tanto me ha gustado juntar las cosas que quiero tenerlas aquí también para leerlas los días de tormenta. Ojalá me pudiera traer también los comentarios que son estupendos.

Estas son mis 13 Cosas buenas del 2013:

1. Mi club de lectura, porque son geniales, cariñosos, generosos, brillantes, locos, porque me hacen la vida más divertida, porque saben hacer de cada votación un caos, porque me hacen sentir bien, porque me hacen sentir que soy parte de algo estupendo. Y por extensión sus parejas que tanto nos animan a que lo dejemos, o todo lo contrario. 

2. John Irving, como continuación de lo anterior, un descubrimiento tardío que ha conseguido evadirme de muchos malos momentos, que ha hecho que me ría un poco de toda esa gente que no para continuamente de decirnos cómo nos debemos comportar, qué es bueno y malo, qué es aceptable, a quién debemos amar y con quién nos debemos acostar. 

3. El Atleti, el gol de Miranda en la final de copa que me hizo llorar de ilusión, el gol de Diego Costa unos meses mas tarde que celebré con mi padre y una tabla de ibéricos en un palco del Bernabéu. 

4. Mis compañeros de trabajo, que me hicieron sentirme muy querido en uno de los peores días de mi vida. Como escribí hace siglos en el blog tener amigos en general es maravilloso, pero tener amigos en el trabajo es como encontrar agua en el desierto, como ligar con el guapo de la discoteca a las cinco de la mañana y que además sea inteligente, cariñoso y sensible, tener amigos en el trabajo es como un día de sol en pleno invierno. 

5. El nuevo disco de Extremoduro, que no es el mejor, vale, pero que a mí me siguen emocionando tanto como cuando tenía veinte años: “Quiero decirte en silencio que sobran palabras, que faltan momentos, que no siento nada, que vengo a buscarte y que nunca te encuentro”.

6. Llegar a los 40 y vivir para contarlo, llegar a los 40 con la depresión pasada, descubrir que los 40 es una edad cojonuda y que mi cabeza no es muy distinta de la de hace 20 años. Algo que no puedo decir de mi cuerpo, pero bueno, para eso me he apuntado otra vez al gimnasio. 

7. La guitarra eléctrica que me acabo de comprar y que tengo que aprender a tocar a pesar de mis oídos de corchopán. Que es una gilipollez pero que antes no la hubiera hecho. Tener el firme propósito de hacer a partir de ahora lo que me apetezca siempre que no sea ilegal o engorde (mucho). 

8. El ridículo que ha hecho el imbécil de mi alcalde con Eurovegas, saber que nuestro barrio seguirá siendo el mismo, que Alcorcón seguirá siendo la misma ciudad de siempre, porque como también escribí hace años yo quiero a Alcorcón y además mucho. Aquí crecí y estudié, hice a mis amigos y también a algunos perdí, me enamoré en sus bares y me rompieron el corazón en sus cafeterías, me emborraché en sus parques y vomité en sus aceras, perdí la virginidad y me casé, vi tropezar por primera vez a mi hijo y le vi aprender a levantarse. 

9. Rodríguez y Searching for Sugar Man, que me emocionaron hasta el tuétano que me enseñaron que puede ser duro y ser frágil al mismo tiempo, se puede ser sensible cuando todo lo que conoces está rodeado por la injusticia y la miseria, se puede ser tierno cuando las cosas van mal y se puede mirar hacia delante cuando lo que dejas a tu espalda es el fracaso. 

10. El mundo 2.0 que va dejando de serlo. La pequeña familia que hemos ido formando estos últimos años y que cristaliza en cosas tan chulas como este blog, en cenas en las que te mueres de risa, en correos electrónicos que te alegran el alma un día jodido, en canciones compartidas que son casi como un te quiero. 

11. D, que ganó el campeonato de judo de su gimnasio haciéndome sentir por unos momentos como la madre de la Pantoja. Mi sobrino M que cada día es más divertido y que me tiene loco. Mi sobrino A que está en camino y al que estoy deseando besar, abrazar y hacer socio del Atleti para que dentro de unos años vaya al estadio con su padre, su abuelo, su tío y sus primos. 

12. Mis hermanos, que no han dejado que me hunda ni un día por muy jodido que haya sido, y ha sido un año de muchos días jodidos. Mi padre, que sigue siendo el ancla al que todos tratamos de agarrarnos para no ir a la deriva cuando el viento sopla más fuerte que de costumbre. 

13. E, que ha sido fuerte y valiente, que también ha cumplido 40 y que sigue contra todo pronóstico a mi lado.

lunes, 9 de diciembre de 2013

El tuit de John Lennon


Esta mañana he leído este tuit de una persona (que prefiere mantenerse en el anonimato) a la que admiro y aprecio, sobre todo por su inteligencia y sentido del humor, a pesar de que ideológicamente somos polos opuestos:

Hoy hace 30 años que mataron a John Lennon. El que le mato, todavía está en la cárcel. Y ahora, imaginen como le hubiera ido en España.“

Yo sé lo que quiere decir, y tiene razón, si el zumbado de Chapman hubiera matado a John Lennon en Villanueva de los Infantes su representante estaría ahora mismo negociando el precio de una entrevista con Telecinco. Es así y es vergonzoso. Pero sabiendo cómo se las gastaba John Lennon es un tuit chocante, y mas al utilizar la palabra “imaginen”,tan suya, porque automáticamente me pongo a pensar que a John no le gustaría ni este mundo, ni España, ni los Estados Unidos. Y es que estamos hablando de un tipo que dijo: “Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, mientras la violencia se practica a plena luz del día.“ Casi nada.

Por eso he contestado:

Imagine all the killers spending life in jail... Creo que a John Lennon no le gustaría esa letra.”

Una bobada medio en broma medio en serio que tiene una contestación lógica, no sabemos que pensaría John Lennon si pudiese contarlo, aunque seguramente su pacifismo se habría atenuado. Porque sí que sabemos lo qué piensa su viuda, no quiere ver al asesino de su marido libre, algo lógico, y debe ser lo mismo que sienten todos los familiares de las víctimas que ven como, de repente, unas decenas de malnacidos pasean por las mismas calles que ellos. Un horror.

Pero en el caso de John Lennon hay más, porque también he escuchado a su viuda estos días denunciarlo, desde que su marido murió decenas de miles de norteamericanos han muerto por armas de fuego. Lleva treinta años denunciándolo.

Es una barbaridad que no sabemos justificar desde nuestra óptica europea y de la que ya he hablado aquí. Por eso creo que mi comentario “en España afortunadamente cualquier pirado no puede comprar una pistola en el súper, no es oro todo lo que reluce.” era oportuno y en ningún momento estaba pensando en pirados (aka hijos de puta) que asesinan en el nombre de una bandera. Simplemente quería manifestar que, en algunas cosas, los EEUU no son muy ejemplares.

Y vuelve a ser una cuestión cultural y de concepto, porque según nuestra constitución “las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social”, algo en la teoría estupendo, como muchas de las cosas vanas que dice nuestra carta magna, algo que deberíamos defender a las duras y a las maduras. Sin embargo, al otro lado del charco, o al menos eso me parece a mí, el concepto de justicia va más asociado al concepto de venganza y de satisfacción de la víctima, tanto es así que son capaces de freír la cabeza a un fulano delante de los familiares del asesinado. Es lo que hay, por mucho que a mí me parezca asqueroso e inhumano.

Esta mañana sólo quería dar a entender eso, nada más, no estaba pensando en doctrinas Parot ni en nada por el estilo. Aunque también tengo una opinión al respecto, que tal vez no tendría si a mi padre le hubieran pegado un tiro, porque imagino que en ese caso pensaría hasta en tomarme la justicia por mi mano, algo que afortunadamente nuestras leyes tratarían de impedir. Por eso mismo opino que las leyes se deben cumplir, nos gusten o no y que es una vergüenza que sea el propio gobierno, éste o el anterior, el tramposo, por muy repugnante que sea ver a toda esa gentuza en la calle, porque si no somos mejores que ellos, si no somos ejemplares, entonces nos habrán ganado, y si las leyes son malas se deben cambiar para que estas cosas no vuelvan a pasar, aunque duela.

Y eso es perfectamente compatible, y ahora no me estoy dirigiendo al autor del tuit, con que ver a esos cabrones libres me joda y me duela, algo también muy propio de este país en el que o eres mi amigo o estás contra mí.


Qué pena.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Las lunas de Júpiter


Este mes en el Club de Lectura 2.0 hemos leído “Las lunas de Júpiter” de Alice Munro, flamante ganadora del premio Nobel. La verdad es que esta buena mujer escribir, lo que se dice escribir, escribe muy bien, pero que muy bonito, otra cosa es que esta serie de relatos cortos no cuente nada, pero qué bonitos oye. Y prometo por la mano incorrupta de John Irving que yo he puesto de mi parte, que hasta me he leído algunos de ellos dos veces, pero nada, mi cerebro ha retenido menos que la vejiga de Concha Velasco, ¿y por qué? os preguntaréis, pues porque este libro no cuenta absolutamente nada interesante, está más hueco que un buñuelo de viento, es tan vano y tan vacío pero tan bello que se ha ganado por unanimidad el primer premio del Certamen de Literatura Sofía Mazagatos.

Dicho todo esto, y es bastante más que lo que el libro merece, debería despedirme y terminar el post aquí, pero claro, no estaría a la altura de lo que este glorioso club espera de mí, así que tendré que contar algunas cosas más. La primera es que el libro nos habla de la vida de varias mujeres en Canadá, un país maravilloso en el que debe hacer un frío de mil demonios, tal vez por eso esta mujer y sus protagonistas son tan planas, porque se les ha escarchado la sangre en las venas, y mira que Alice se empeña en que parezca que sus vidas son chungas de la muerte, pero “nasti de plasti”, dan pena pero más por pavas que por otra cosa, sus tribulaciones son tan interesantes como detenerse a mirar como crecen los pelos del pecho y la acción tan trepidante como ver saltar a la comba a las dos neuronas que habitan en el cerebro de Ana Botella.

Pero no todo es malo, por lo menos es un libro corto, solo doscientas y pico páginas que me han ayudado a comprender ciertos conceptos de la relatividad, del espacio y del tiempo. Está claro que si Einstein hubiera tenido a mano este libro, hubiera demostrado en medio segundo que el concepto de espacio y tiempo no puede entenderse como algo plano, porque leerlo acorta la vida y estira el tiempo; además, los cabezazos que he pegado durante su lectura explican de manera empírica la teoría de la relatividad especial que trata de la física del movimiento de los cuerpos en ausencia de fuerzas gravitatorias. Si no tengo una almohada a mano juro que me hubiese desnucado y nunca nadie os habría contado esto. Por cierto, ¿os he hablado ya de Canadá? Está lleno de castores, son unos animalitos muy simpáticos.

Volviendo al libro, hay que dar a Alice, que es una escritora estupenda, el mérito que tiene, porque ha conseguido vivir del cuento, algo que yo nunca conseguiré, tal vez porque Alcorcón no es Ontario y yo no he nacido en una granja en la que aprender a relatar historias de gente atrapada en el tiempo, de perdedores absolutos a los que se les escapa la vida a base de consumir monotonía, algo que para Alice debe ser un drama vital jodidísimo que no sabe transmitir al sufrido lector que, si tiene dos dedos de frente, pasará de sus personajes y acabará los relatos con la única esperanza de ver si se tiran desde la torre más alta de Toronto, esa desde la que se ve Toronto entero. Porque ese es el mayor problema de este género, que se queda en nada, que no te da tiempo ni a engancharte a una historia ni a tomar simpatía por los personajes, por mucho empeño que pongas.

Por eso, os recomiendo la lectura de cualquier otra cosa que no sean los relatos de esta buena mujer, me agradeceréis el consejo. Pero como para gustos los colores, y de eso sabemos mucho en este sufrido club, os recomiendo que leáis las reseñas de DesgraciaítoCarmenLivia y Bichejo, a lo mejor ellos, con su verbo fácil, son capaces de arrastraros por el camino que va de Winnipeg a Júpiter pasando por la perdición.