martes, 7 de enero de 2014

Había una vez... un barquito chiquitito


Hace unos años me encargaron diseñar cómo llevar unos barquitos de papel de una piscina a otra. Aunque pueda parecer poca cosa no es fácil manejar los barquitos de papel, así que nos pasamos más de un año pensando en la mejor forma de hacerlo, siguiendo los criterios de los dueños del canal que une las dos piscinas, que por cierto son municipales. Ellos tampoco lo tenían que tener muy claro porque nos cambiaron los criterios de operación cerca de treinta veces, en una de ellas, casi terminando el plazo, redujeron a la mitad el número de compuertas, aunque luego rectificaron... para mí que no tenían muy claro si les iba a llegar el dinero. Ya se sabe, comenzaba la crisis y debían a pensar que les faltaría el crédito. Al final, debieron de pensar que de perdidos al río y compraron el paquete completo

De todo se sale, pensarían.

Fuimos tres grupos de amiguetes los que presentamos nuestras propuestas, nosotros y unos colegas americanos decidimos que nos consideraríamos bien pagados con cuatro millones y medio de piruletas, otros chavales del barrio (a partir de ahora OCDB), decidieron que si les daban poco más de tres millones de piruletas se tiraban a la piscina, los señores de los barquitos (a partir de ahora SDLB) que se pensaban gastar tres millones y medio estuvieron encantados.

Fue una decepción para todos, menos para los OCDB. Nadie se podía explicar cómo podrían conseguirlo, algunos llegaron a pensar que se habían olvidado de una de las piscinas. Además, los SDLB, que son gente muy seria, nos habían dicho que lo más importante era hacer las cosas bien, que por dinero no iba a ser, que en llevar barquitos de papel entre dos piscinas se jugaba el futuro de la humanidad y de su barrio. Para que quedasen las cosas claras, los SDLB dijeron que, además de costar menos piruletas, la propuesta de los OCDB era la más molona y que nadie sabía manejar mejor que ellos los barquitos de papel. Los chicos americanos no se lo podían creer, gritaban como poseídos que aquello no era posible, que ahí había tongo, que something smelled like toasted, o algo parecido.

Un lío.

Los chicos americanos llegaron incluso a llamar a sus padres para que los SDLB deshicieran el entuerto, pero ni por esas los SDLB se bajaron de la burra y con mucha pompa y boato ordenaron a los OCDB que comenzasen las obras del canal. La suerte estaba echada.

Pasó el tiempo y ya casi me había olvidado del tema, entretenido como estaba en crear la máquina de los terremotos, cuando unos sicarios de los OCDB me hicieron una propuesta que, afortunadamente, si pude rechazar. Querían saber cómo había pensado mover los barquitos, querían que me convirtiese en uno de ellos. Yo estaba patidifuso porque si los SDLB habían jurado por Snoopy y Winnie Pooh juntos que nadie lo hacía mejor que los OCDB ¿qué podía haber pasado?

Un misterio emergía ante mis ojos, alguien tal vez no había dicho toda la verdad, alguien podría haber tratado de ganar de cualquier manera sin haber contado bien todas las piruletas y los SDLB empezaban a no parecerme tan inmaculados como habían pretendido cuando fui a hacerle unas preguntillas y me colocaron delante una taquígrafa y un notario.

Ahora, los OCDB dicen que o les dan otro millón y medio de piruletas o que los barquitos de papel ya los pueden llevar los SDLB en brazos. Los muy cabritos ahora piden más piruletas que nosotros al principio, alegando que los SDLB les tienen manía y que una colonia de gatos se ha cagado en la arena con la que iban a hacen el canal que une las piscinas. Los SDLB dicen que esas cosas las deberían haber previsto, que a cualquiera se le caga un gato en la arena y que de más piruletas nada, que se les van a caer los dientes por golosos.

Algunos nos reímos maliciosamente de ver tanta justicia universal materializada en desdicha ajena, porque si esto fuese una película se debería llamar “Entre pillos anda el juego”.

Pero se nos ha congelado la sonrisa en la cara cuando nos hemos enterado de que los profesores de los OCDB, que también son los profesores nuestros y de muchos más niños de los alrededores, se habían comprometido con los SDLB a pagar de su bolsillo todas las piruletas que pudieran faltar, algo tan improbable, según ellos, como que Selena Gómez no encontrase en mi clase pareja para ir al baile de fin de curso. El problema es que ese bolsillo que tan ligeramente comprometen, lo hemos ido llenando de piruletas entre todos con muchísimo trabajo.


Son cosas de las bandas de chicos malos, que siempre acaban ganando, tal vez porque han amenazado con contar cosas malas de los profesores, tal vez porque les han regalado un equipo de música y una tele para su cuarto.

11 comentarios:

phaskyy dijo...

Triste . Muy triste.
Lamentablemente estas cosas no sólo pasan con barquitos.

NáN dijo...

Qué casualidad, como en Panamá, que no tuvieron en cuenta que todos los gatos y perros centroamericanos querrían cagar allí.

A esto en España lo llamamos hacer un Calatrava con un gobierno del PP como parte contratante.

Peter dijo...

A mi estas mezclas de lo público y lo privado me ponen de los nervios: ¿ Que hace un estado mediando a favor una empresa ( en contra de otras empresas del mismo país y e otros países)? ¿ No son los mismos que se llaman liberales y a favor de los mercados ( cuando no le suben el recibo de la luz)?

Tienes suerte de estar mezclado "sólo" en la máquina de los terremotos

Saramaga dijo...

Qué bueno! Y qué triste también... (y un poco patético)

Carmen J. dijo...

Completamente de acuerdo con Peter: estas mezclas de lo público y lo privado son un mal negocio y atufan. El gobierno nunca debe meter sus narices en lo que es la libre competencia entre empresas. Y a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.

Lo que pasa es que es lógico que el Estado en aquel momento interviniera. Año 2009, Pepiño, Taguas en SEOPAN... Es decir, socialdemocracia pura, entonces tenía todo el sentido. Ahora, que los del Gobierno que tenemos hoy más vale que intervengan, porque Zapi firmó un aval de 200 milloncetes que, esos sí que salen de nuestros impuestos como se ejecute!

Es terrible.

el chico de la consuelo dijo...

Como echaba en falta este post!!
Esta genialmente contado.
Pero voy a meter mal....
A mi me hace gracia (es un decir) que de repente los competidores se uterizan haciéndose amigos, los compañeros se hacen competencia y se convierte en un turnismo de concesiones en régimen de oligopolio. Y se achaca a la maldad del liberalismo lo q es estatalismo salvaje. Los estados entrando como elefante en cacharrería en el mercado.

Gordipé dijo...

Lo que debería ser: hostia con la mano abierta a los profesores y empalamiento a los malotes.

Lo que es: empalamiento a todo el patio del colegio, menos a los profesores y los malotes, que se irán de cañas.

Que igual no lo he entendido bien porque soy rubie, eh.

NáN dijo...

Carmen, ¿alguna referencia a los 24.000 millones públicos que hemos metido en CajaMadrid?

No me digas que es con la socialdemocracia donde abundan los negocios/política, porque me parto de la risa.

NáN dijo...

My Dog! Estoy defendiendo a ZP. Debo haber salido mu malito de las navidades, para olvidar que los enemigos de tu enemigo no son tus amigos.

Me voy al monte a hacer un retiro de dos meses de meditación zen.

Carmen J. dijo...

¡Hola Nán! Me alegro de que me hagas esa pregunta (aunque no sé a qué viene). Yo creo que las empresas mal gestionadas deben quebrar y sus dirigentes asumir sus responsabilidades, y los ciudadanos no tenemos por qué asumir sus pérdidas a través de nuestros impuestos. Veo que estamos de acuerdo el Instituto Juan de Mariana, tú y yo. Eso me vale para Caja Madrid, o CCM o CatalunyaBank, o la CAM o la que sea. Si prefieres Caja Madrid, a mí me es igual, yo no tengo enemigos. En fin, antes de tener que rescatarlas o dejarlas quebrar y que pierdan sus ahorros los depositantes (yo no, porque siempre he tenido mi dinero en bancos privados gestionados por profesionales), preferiría que no pusieran encima sus manos los politicos y el Estado, que es lo que ha podrido el sistema con su intervención, como es notorio.

¡Bienvenido al liberalismo económico!

NáN dijo...

Pero mujer, a tu edad ya no se puede creer en los Reyes Magos ni en que los dirigentes neoliberales quieren esa justicia.

No ves que todas las leyes y reglamentos llevan debajo una línea microscópica que dice "No aplicar si es demasiado grande para caer"? Lo que invalida todas las soflamas.

Jua, juá, me troncho con tu credulidad.