sábado, 1 de febrero de 2014

Noche salvaje



Este mes, en el Club de Lectura 2.0, hemos leído a propuesta de ND “Noche Salvaje”, una novela negra escrita por Jim Thompson. Admito que no soy un seguidor enfervorecido de la novela negra, así que mi predisposición hacia el libro no era la mejor, pero de esto a encontrarme el desastre que me he encontrado va un abismo, porque no me ha enganchado absolutamente nada la historia, ni qué cuenta no cómo lo cuenta, y sobre todo sigo horrorizado por el desenlace, estúpido y surrealista, tal vez porque la historia había ido tan a menos que no había huevos suficientes para volver a subir esa mayonesa.

Por eso alucino cuando leo que la editorial describe el libro así:

Un hombre que se hace llamar Carl Bigelow llega a Peardale, una población de mala muerte situada a unos ciento cincuenta kilómetros de Nueva York. Nadie se acercaría a ese lugar sin una razón de peso pero, desde luego,Bigelow la tiene. A pesar de ser alguien de aspecto inofensivo, ha viajado hasta allí para cumplir un escalofriante encargo: matar a Jake Winroy, un hombre que ha sido testigo de un crimen y que, si acaba declarando, puede hacer mucho daño a gente poderosa. Bigelow tiene que cometer el asesinato discretamente y sin fallos; le va en ello algo más que su reputación.

Escrita originalmente en 1953, Noche salvaje es un genuino cóctel de violencia y crudeza, aderezado con unos toques de existencialismo y humor negro, como solo es capaz de preparar Jim Thompson. Uno de sus mejores trabajos y una de las indiscutibles cumbres literarias del género negro.”

La persona que ha escrito esto, especialmente el último párrafo es un cachondo, porque sin dudar de las virtudes de Jim Thompson, que las tendrá, yo lo escribiría de nuevo de esta manera: Noche salvaje es un ingenuo cóctel de violencia para el lector, aderezado con unos toques de existencialismo absurdo y humor necio, como solo es capaz de perpetrar Jim Thompson. Que es lo que deberían haber escrito, si tuvieran un poco de honestidad, y si alguien piensa que exagero un ápice le reto a que tenga narices de leerlo y luego explicármelo, mirándome a los ojos, a ver si es capaz de hacerme entender, sin partirse de la risa, a que viene la estupidez de las cabritas.

Porque una cosa es que su editor proclame a los cuatro vientos que se trata de la mejor obra del bueno de Jim, y es que me puedo imaginar la estampa del pobre hombre con las manos en la cabeza diciendo desesperado - ¿qué mierda me has traído Jim?, ¿cómo quieres que demos salida a esto? - y otra es que nos tomen el pelo a nosotros y a la memoria de Jim Thompson diciendo que esto era lo mejor que podía hacer. Que se vayan al carajo. Por eso mismo, una vez descargada mi ira contra la editorial, me veo en la obligación de decir algo interesante del libro, y mira que me resulta difícil, pero me debo a mi público y a mi club así que voy intentarlo.

De lo poco que me parece reseñable en el libro destacaría cómo Jim Thompson es capaz de transmitir la idea de cómo unos seres realmente insignificantes son manejados por los hilos de los poderosos, como si fueran simples peones, tan prescindibles que viven continuamente en el filo de la navaja, siendo conscientes de que la ganancia que van a tener por ello va a ser muy poca, sobre todo comparada con el riesgo perpetuo que supone para sus vidas, ya que en cualquier momento pueden ser sacrificados y apartados del juego. Y pese a ello vemos como siguen jugando porque no tienen alternativa ni escapatoria, y lo saben, hasta que pasa lo inevitable, cabritas mediante.


Y paro aquí porque el tema no da para más, si queréis saber si estoy exagerando en mi crítica corred a leer reseñas de DesgraciaítoCarmenLivia Bichejo; ellos os sacaran de dudas.